Si hay algo en lo que parece que la mayoría del sector coincide es en que las temporadas de la moda tras el COVID-19 van a cambiar de una manera significativa. Condenada por la dictadura de las temporadas a vivir seis meses por delante, la moda aprovecha la crisis del coronavirus para frenar el ritmo y reflexionar sobre el denostado calendario primavera-verano, otoño-invierno, pero el cambio amenaza con desestabilizar a las pequeñas marcas.
«El momento que atravesamos es turbulento, pero nos ofrece la ocasión única de arreglar lo que no funciona, de suprimir lo superfluo, de recuperar una dimensión más humana», dijo el diseñador italiano Giorgio Armani, de 85 años, en la revista «Jetset Magazine. La edad y la experiencia le han dado esa libertad para reclamar lo que en esta industria multimillonaria y supercontaminante pocos se atrevían a citar de cara al público.
«Lo bueno de esta crisis es que permite a todas las marcas lanzar un proceso de reflexión sobre el funcionamiento y el ritmo del mercado, del que todo el mundo empezaba a cansarse», comenta Cyril Cabellos, director de comunicación de Lanvin, la «maison» más antigua de París.
El punto de vista de AJGR sobre los cambios que se podrían producir en las temporadas de la moda tras el COVID-19
«La dimensión y el ritmo que tiene el mundo de la moda según lo conocemos hoy en día, seguramente ha provocado que se nos vaya de las manos, se lanzan millones productos al mercado cada temporada sin mirar el impacto que esto puede tener. La moda no debería ser algo tan perecedero, habría que dotarle de un ciclo de vida mas largo. Seguramente en éste punto radica el cambio al que hay que someter al sector para que recobre el equilibrio perdido. La moda y su evolución siempre ha ido unida a los cambios sociales y las necesidades que estos cambios requieren. Las colecciones del futuro además de atender a principios comerciales deberán contemplar principios de responsabilidad social, medioambiental y sustentabilidad.»
Javier Gómez
AJGR Fashion Consulting.
La paradoja de las semanas de la moda
El punto de inflexión llegaba cuando Saint Laurent anunciaba su decisión de abandonar el calendario oficial de la semana de la moda de París, organizado por la Federación de Alta Costura y Moda seis veces al año (dos encuentros de prêt-à-porter femenino, dos de hombre y dos de alta costura). El desplante ha alarmado a quienes ven en esta rígida y criticada agenda su principal escaparate y muestra que el cambio, en busca de un plan más sostenible, no es tan inocente como parece pues deja en la estacada a los más pequeños. «La decisión de Saint Laurent es comprensible pero egoísta. Las semanas de la moda son de momento la única forma de iluminar por igual a diseñadores noveles y grandes marcas», critica desde el anonimato un directivo de una conocida marca francesa de tamaño intermedio.
París, Milán, Londres y Nueva York completan el circuito de la moda que impone un ritmo aceleradísimo de viajes y citas a quienes intervienen, obligados a pasar seis meses de desplazamientos al año. Si esto ya resulta complicado con dos temporadas anuales, a esto se le añaden las llamadas colecciones de entretiempo, crucero y pre-fall, una respuesta de las grandes casas al pulso de colecciones mensuales que impusieron cadenas como Zara, que ha terminado por evidenciar el problema: demasiada ropa, demasiada rapidez.
A la crítica del sistema actual se han sumado algunos de los rostros más influyentes de la industria, como la periodista inglesa Suzy Menkes que en «The New York Times» tachó de «circo» el ambiente que rodea las pasarelas, o el historiador Olivier Saillard, quien recientemente declaró que los desfiles son una práctica inveterada.
Estamos ante el fin de las temporadas de la moda a consecuencia del COVID 19
En París, la Federación sirve como sindicato y lobby de todas las marcas, grandes y pequeñas. En declaraciones recientes, el organismo optó por no pronunciarse en la polémica salida de Saint Laurent y descartó de momento un cambio en los calendarios. «Una ‘maison’ intermedia no tiene posibilidad de salir del sistema clásico de ‘fashion weeks’ con la captación de audiencias que supone, pero esto podría tener algo positivo, por ejemplo, trabajamos en ser más racionales en la división de la temporada: la primavera-verano, otoño-invierno no tienen sentido hoy», explicó la fuente. Pero, ¿qué pasaría si otros titanes de la industria, como Gucci o Prada, decidieran también el calendario que abandona la Federación? Varios trabajadores de la industria preguntados, coinciden en que el golpe desestabilizaría la igualdad en el sector, dejando a los noveles sin posibilidad de emerger. Sin duda nos encontramos ante un caaclismo sin precedentes que parece que puede poner punto y final al calendario clásico de temporadas de la moda
Conforme comentábamos más arriba parece que los que más se verán afectados por este cambio serán las empresas de moda de tamaño medio y pequeño, así como los emprendedores que tendrán dificultades para emerger. En AJGR, somos conscientes de esta situación y prestamos todo nuestro apoyo a los diseñadores de moda noveles con un servicio de apoyo a emprendedores hecho 100% a medida de este colectivo, al que la actual pandemia puede dificultarles las cosas un poco más si cabe.
Foto de Alexandra Maria // Pexels